Sansón
El Norte de Castilla, 27 de octubre de 2009
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Dos hipócritas y el paro
1-Miguel Angel Revilla:
“Hay un millón y medio de españoles que no quieren trabajar”
Presidente de Cantabria, economista, anchoista, populista, demagogo, cuatromileurista (+ otros ingresillos y dietas de nada) mediático y encantado de aplaudirse.
Aquí el bocas sigue los pasos televisivos de la excesiva e histriónica Celia Villalobos.
Revilla tiene el chip del titular desbocado implantado en la lengua y en el cerebro haciendo las delicias de programas de calidad informativa demostrable como “La Noria”
En este mismo programa, entre otras declaraciones engoladas y anécdotas rancias dijo que el rey era un tipo fenomenal.
Miguel Angel y sus puros conocieron el sexo con una puta, además tuvo a bien compartir aquella experiencia con el pueblo llano y rugoso, también en televisión, y hace unos meses nos lo contó así:
“Mojé por primera vez a los 18 años y pagando“
Con esa generalización casposa sobre la predisposición a no trabajar de un millón y medio de personas, aplaudida, seguro que por imposición del regidor, se cubre de gloria y demuestra que habla porque tiene boca mientras que el resto de mortales, los mismos que aplauden, pagan hasta la aguja de su corbata.
2- Felipe de Borbón Y Grecia:
” El paro hiere nuestra dignidad como seres humanos”
Príncipe y futuro rey directo en cola de espera, de profesión alto, guapo y portador de barba. Sueldo desconocido (tampoco importa demasiado porque tiene la pulsera vitalicia del todo incluído)
Lo que no entra ni con vaselina en su frase es esa generalización.
Si el anterior se pasa de lenguas, este ni siente ni padece lo que le escriben para que lea.
Felipe ni ha estado parado, ni tampoco ninguno de sus familiares presentes, pasados o futuros lo han estado ni lo estarán jamás. También dudo mucho de que en su entorno de amistades estén sufriendo el desempleo de larga duración o tengan que padecer un trabajo basura. Ni un trabajo en general.
Cuando se hereda el bienestar absoluto y los privilegios que nadie puede tener, al tiempo que esconden lo que le cuesta a las arcas del estado mantener tanto boato, bien haría en replantearse dejar un poco a un lado esas frases ñoñas, universales e hipócritas sobre la dignidad y el trabajo porque lo suyo no es precisamente un ejemplo de igualdad.
…………………………..
Se dice que a todos los gobernantes se les permite que cobren lo que cobran para evitar de que caigan en la tentación de robar… y si ganan esos sueldazos tan insultantes es que ya se sospechaba de antes de concedérselos que eran unos grandes presuntos ladrones.
Pero eso sí, el resto de habitantes no merece nunca ganar más de lo que gana.
De un tiempo a esta parte con la escalada bestia de las cifras del paro se ha puesto muy de moda demonizar al que lo cobra, todos los que hacen uso de la prestación por desempleo parecen ser enseguida señalados bien por la desgracia más dramática o siendo acusados de prácticas pícaras descaradas.
Parece que de repente recibir una prestación es indicativo de ser un vago aprovechado, poco menos que un maleante que vive sin escrúpulos de los que cotizan, como si no lo hubieran hecho cuando trabajaban, como si los parados lo fueran por convencimiento, puras sanguijuelas profesionales de los trabajadores en activo.
No sé en qué momento alguien escribió una ley que obliga a un profesional de cualquier gremio, al quedarse parado, a tener que aceptar un empleo de lo que sea por 700 euros al mes a razón de 14 horas diarias y que se critique que lo rechace, mientras pueda, para seguir buscando un empleo para el que está capacitado y tiene experiencia. Hasta del que puede que sea su pasión.
No sé en qué momento esa misma ley no escrita obliga a una persona que se ha dejado una parte importante de su vida en una universidad a tener que aceptar por cojones, como primer trabajo, irse a recoger guijarros de seis toneladas de sol a sol, como única opción para evitar ser tachado de orgulloso, elitista, flojo o vividor Y que no quiere trabajar.
Pero lo peor es que esto lo piensa demasiada gente.
Que el trabajo deba ser un castigo parece que es parte inseparable de nuestra cultura y si no lo tenemos el castigo ha de ser más duro aún, sólo porque sí.
Muchos se empeñan en presentar al parado poco menos que como un desahuciado temporal, aunque si el desempleado supera los 40 es que ya recibió la extremaunción laboral y en ese caso lo mejor que puede darnos es lástima.
Así que sólo nos queda observar como emprende su viaje hacia el limbo profesional donde permanecerá flotando hasta que pueda pasar a ser un jubilado invisible del montón.