Si miles de naves extraterrestre se aproximan para invadir y ocupar nuestro planeta siempre harán su primera parada en Nueva York. Si un meteorito, cien veces más grande que la tierra, se dirige hacia nosotros amenazando con la destrucción total de nuestra civilización, irremediablemente fijará su punto de impacto en la isla de Manhattan. Todas las amenazas que propagan el miedo por el mundo tienen origen y destino en Yankilandia y desde allí se extienden al mundo, es su guión preferido y también parece ser el nuestro. Todos señalan 2008 como el año del colapso financiero americano, culpa de todos los males actuales de la tierra, como el año en que una serie de carambolas encendieron la mecha de la traca de la crisis global que a día de hoy sigue explotando por todo los rincones. Todo empezó, tras la negación sistemática de que algo andaba mal, con el discurso de sacudirse las culpas pronunciado de mil formas diferentes que no pasaba nada, otra vez mostrando eso tan nuestro, que consiste en no prevenir nada, en no adaptarse, en dejar hacer, porque luego todos somos felices reclamando culpas y discutiendo por repartirlas, nunca por buscar soluciones. Y mientras tanto el paro aumentando a lo bestia.
Y así fue, falsos progresistas repitieron hasta el aburrimiento que el origen de todos nuestros males era EEUU y sushipotecas subprime, una burbuja financiera dominó creada por especuladores y toda una legión de pequeños y medianos Madoff´s que enseguida tuvo su reflejo en nuestra burbuja inmobiliaria y ya teníamos culpables, se gestaba la estrategia para llamarnos tontos y culpables, endeudados viviendo por encima de nuestras posibilidades. Había nacido ya el nuevo diccionario de la crisis. De aquella crisis de las subprime, en apenas unos días, nos metieron por narices la sentencia de la crisis mundial, mutada enseguida a global y por rebote a desmoronamiento de Europa, todo un complejo efecto dominó que insiste en hacernos olvidar quién empujó la primera pieza. Ya teníamos una gran historia de culpables, las soluciones seguían en paradero desconocido. Ahora, y de golpe, ya se habla del déficit como “la herida”, de la prima de riesgo como “la amenaza”, del paro como “la lacra”, todo un repertorio de figuras literarias y frases de apocalíptica construcción dignas de los títulos de las más populares superproduciones de catástrofes de Hollywood. Y para dejar claro todo esto, Moody´s anuncia por la mañana que España debe recortar 40.000 millones más, el doble de lo previsto por el gobierno de Rajoy.
Y por la tarde, apenas unas horas después de la advertencia amenaza de Moody´s, el presidente aparece para anunciar que sus planes son…eso mismo, con las mismas cifras. La campaña del acojone lleva meses en marcha.
Días después Standard & Poor’s rebaja dos puntos la calificación de la deuda de España y se toma la libertad de ordenar al gobierno que acometa, a la voz de ya, la reforma laboral o nos aporreará sin miramientos con sus descalificaciones. Y enseguida, toda la cohorte de nuevos economistas espontáneos que pululan por televisiones y bares de barrio toman estas puntuaciones como alarmas que confirman que otro meteorito, que EEUU ha conseguido desviar, ahora se aproxima a nuestro país.
La nueva burbuja es la de la deuda y los rescates, y su camuflaje la neolengua.** ****
Articulos que al acabar de leer decido no publicar, pero pueden ser interesantes para el que tenga mucho tiempo.
MARTES 11 de junio de 2013
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Sin embargo, la gente no entiende la gravedad de las traiciones de este
nuevo Judas, y muchos creen que se lo han impuesto, aunque lo ha pactado
librement...