Basta darse una vuelta por las portadas cualquier día para encontrárselos, son los tontolares.
Tienen una estructura fija, suele ser así:
“Fulanito, dos puntos, gilichorrez suprema dicha por el político lenguaraz citado antes de los dos puntos”
No importa si el que pronuncia la frase idiota del día está en la cumbre mundial sobre la hambruna o inaugurando una fuente de dos chorros en la plaza del pueblo. La cosa es que los profesionales de la política se conocen el rollo y no dejan ningún acto huérfano de frases gilichorras servidas en bandeja para delirio de la prensa.
Los tontolares son llamados así porque son tonterías dichas para que la prensa tonta las amplifique y puedan legar al resto de la masa tonta que lo repetirá sin descanso durante todo el día.
En la mayoría de ocasiones son puras opiniones personales del que las suelta con algún ataque o descalificación al contrario. Paja seca para quemar. Porque ya se sabe, para pertenecer a este partido, la principal y única condición es estar en contra del adversario más cercano.
Y a esto los papeloides lo llaman información política, que complementan con más opiniones personales del redactor, un poco de análisis de ascensor bien empapado de línea editorial y alguna voltereta literaria para que el conjunto quede simpático.
Y así, mientras vamos jugando al “¡Huy! , lo que ha dicho!” no nos enteramos de nada porque no nos queda tiempo que perder entre réplicas, comunicados, recontracontestaciones, desmentidos, declaraciones y aclaraciones.
Es la nueva prensa, esa que es más vieja que el cagar.
Tienen una estructura fija, suele ser así:
“Fulanito, dos puntos, gilichorrez suprema dicha por el político lenguaraz citado antes de los dos puntos”
No importa si el que pronuncia la frase idiota del día está en la cumbre mundial sobre la hambruna o inaugurando una fuente de dos chorros en la plaza del pueblo. La cosa es que los profesionales de la política se conocen el rollo y no dejan ningún acto huérfano de frases gilichorras servidas en bandeja para delirio de la prensa.
Los tontolares son llamados así porque son tonterías dichas para que la prensa tonta las amplifique y puedan legar al resto de la masa tonta que lo repetirá sin descanso durante todo el día.
En la mayoría de ocasiones son puras opiniones personales del que las suelta con algún ataque o descalificación al contrario. Paja seca para quemar. Porque ya se sabe, para pertenecer a este partido, la principal y única condición es estar en contra del adversario más cercano.
Y a esto los papeloides lo llaman información política, que complementan con más opiniones personales del redactor, un poco de análisis de ascensor bien empapado de línea editorial y alguna voltereta literaria para que el conjunto quede simpático.
Y así, mientras vamos jugando al “¡Huy! , lo que ha dicho!” no nos enteramos de nada porque no nos queda tiempo que perder entre réplicas, comunicados, recontracontestaciones, desmentidos, declaraciones y aclaraciones.
Es la nueva prensa, esa que es más vieja que el cagar.