Portada y contraportada para “La Bolsa Evidente” de Javier Alfayate
Mañana sale a la venta este libro , el segundo del colega Javi para el que he/hemos hecho esta portada.
Es de esos libros escritos por y para gente que tiene verdaderos conocimientos e interés por la cosa económica, entre los que estoy seguro que no me encuentro.P ara quitarle hierro se incluyen también algunas viñetas de desahogo en el interior. Aquí una reseña del libro.
Puede que me equivoque y cuando lea este libro me convenza de que la bolsa es algo evidente, como asegura su título, y no un gran casino de dinero vitrual donde juegan y ganan siempre los mismos subastando contínuamente paquetes de especulaciones temáticas.
Es probable que tenga algunas ideas sobre asuntos aislados, pero cuando los economistas las juntan todas, las agitan y nos las sirven en su lenguaje reconozco que no entiendo absolutamente nada.
Tengo tres posibles explicaciones:
Una es que quizá sea culpa de esa obsesión tan nuestra de simplificar las cosas.
Otra es que sea debido a la cruel costumbre de los expertos de reunir millones de mensajes ambiguos en sus discursos.
Y una tercera, y bastante probable siempre según los entendidos, es que yo sea un cateto.
Pero es que muchos de estos oradores “del parqué” me recuerdan a aquellos que frotaban la lucecita de los avances en las máquinas tragaperras, otros a videntes de esos de “por decir” y el resto a charlatanes rancios que hacen el paseillo por los medios aprovechando que la crisis es una moda rentable.
Y por otro lado están los que pretenden imponer la patada en el bajo vientre a los que la sufren.
Son”Los mercados”…. ahora todo está amenazado por “los mercados”, la economía ya no se mueve y se sustenta por la actividad de todos, ahora todo depende “los mercados”.
Todas las mañanas corren por mi calle miles de paisanos parriba y pabajo gritando histéricos: ¡el ibex!, ¡el ibex!, ¡los mercados!, ¡los mercados!, cruzándose con un alarmante ejército de tiesos que se autoproclamaron nuevos expertos “de oidas”
Algunos ponen cara de tener la fórmula mágica que salvará las inversiones del populacho. Pero hablan como agoreros de la gran catástrofe inevitable mientras se rascan la calva y nos presentan su nuevo crecepelos.